Anna Chapman, nacida como Anna Vasílievna Kushchenko el 23 de febrero de 1982 en Volgogrado, Rusia, es una figura que ha transitado por diversos roles: empresaria, modelo y, más notablemente, agente de inteligencia rusa. Su historia cobró relevancia internacional en 2010 cuando fue arrestada en Estados Unidos bajo la acusación de espionaje para el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR).
Poco conocida por la mayoría, Anna Chapman se ha convertido en una figura intrigante gracias a su carrera como espía rusa al servicio del Kremlin. Dotada de una habilidad excepcional para establecer relaciones y infiltrarse en círculos de poder, Chapman logró ganarse la confianza de oligarcas, jeques, multimillonarios y destacados empresarios de élite. Su físico deslumbrante, combinado con una notable destreza para seducir y persuadir, la posicionó como una mujer altamente deseada en las esferas más exclusivas. Sin embargo, sus verdaderas intenciones estaban lejos de ser las que los hombres de este entorno podían imaginar.
Primeros años y formación
Hija de Vasily Kushchenko, quien se presume fue un alto funcionario del KGB y ocupó posiciones destacadas en el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Anna creció en un entorno que posiblemente influyó en su futura carrera en inteligencia. Según su exesposo, Alex Chapman, Anna obtuvo una maestría en economía con honores de primera clase en la Universidad Estatal de Moscú. Sin embargo, otras fuentes indican que su título proviene de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos.
Estancia en Londres y matrimonio
En 2001, durante una fiesta en Londres, Anna conoció a Alex Chapman, con quien contrajo matrimonio poco después en Moscú. Este enlace le permitió adquirir la ciudadanía británica y un pasaporte del Reino Unido. Entre 2003 y 2004, se trasladó a Londres, donde trabajó para empresas como NetJets y Barclays. La pareja se divorció en 2006. En marzo de 2018, se informó que Alex Chapman falleció en mayo de 2015 a los 36 años debido a una sobredosis de drogas.
Tras separarse de su esposo, Alex Chapman, una oportunidad inesperada llamó a su puerta. Mientras residía en Londres, fue contactada por «Krill», un seudónimo que utilizaba un alto cargo de la inteligencia rusa. Este agente, impresionado por sus capacidades para penetrar en círculos de alto poder, decidió reclutarla para trabajar para Moscú. Anna narra en su libro autobiográfico cómo este proceso de reclutamiento fue meticuloso y metódico.
El primer encuentro con Krill ocurrió en un vuelo hacia Moscú, donde este la evaluó sutilmente para determinar su lealtad y patriotismo. Posteriormente, fue sometida a pruebas adicionales a través de su compañera de piso en Londres, Elena Savitskaya. En una nueva visita a Moscú, enfrentó una sesión psicológica exhaustiva, diseñada para analizar cada detalle de sus pensamientos e intenciones.
La fase final de su reclutamiento la llevó a una entrevista con un hombre identificado como Vladimir Vladimirovich, un nombre que coincide con el de Vladimir Putin. Según relata Chapman, este encuentro marcó el momento en que fue oficialmente incorporada al servicio de inteligencia exterior ruso, el SVR.
En su libro autobiográfico «BondiAnna: To Russia With Love», Chapman revela detalles inéditos de su vida como espía, desde su proceso de reclutamiento hasta las estrategias que empleó para acceder a los hombres más influyentes del mundo. Describe cómo su atractivo físico y su carisma la convirtieron en una “llave maestra” capaz de abrir puertas hacia los secretos mejor guardados de multimillonarios y líderes internacionales. El relato también aborda su relación con Alex Chapman, una historia que culminó antes de que ella abrazara completamente su rol como agente del Kremlin.
