Desde el inicio de la Guerra Fría, Rusia y Estados Unidos han liderado el desarrollo de tecnología militar avanzada. Sin embargo, en los últimos años, China ha comenzado a desafiar esta hegemonía, logrando posicionarse como líder en la fabricación de misiles hipersónicos. Estas armas destacan por su capacidad de alcanzar velocidades superiores a Mach 5, equivalentes a más de 1,6 kilómetros por segundo. El ascenso vertiginoso de China en este campo se debe a una inversión masiva en tecnología hipersónica, que ha dado frutos con sistemas como el CJ-100 y el YJ-21. Estos misiles no solo alcanzan velocidades extremas, sino que también integran capacidades avanzadas de maniobra en vuelo y tecnologías que les permiten evadir sistemas antimisiles convencionales.
Estas innovaciones proporcionan a China una ventaja táctica significativa. Mientras tanto, Estados Unidos, a pesar de estar desarrollando el misil AGM-183A Air-launched Rapid Response Weapon, ha enfrentado retrasos debido a fallos en pruebas recientes. Esto sitúa a China en una posición más favorable frente a posibles conflictos.
La relevancia geopolítica de los avances hipersónicos de China
El desarrollo de misiles hipersónicos no solo potencia la capacidad militar de China, sino que también refuerza su influencia estratégica en el escenario internacional, especialmente en la región del Asia-Pacífico. Estos avances consolidan al gigante asiático como una superpotencia militar, fortaleciendo su capacidad de disuasión y su proyección de poder en futuros conflictos potenciales.
De esta manera, bajo el liderazgo de Xi Jinping, China reafirma su posición como líder en tecnología militar avanzada, desplazando a Estados Unidos y Rusia en la carrera por la supremacía militar. Ambos países continúan invirtiendo fuertemente en sus programas hipersónicos, pero enfrentan el desafío de cerrar la brecha tecnológica que China ha logrado abrir en los últimos años.

