China ha vuelto a expresar su preocupación respecto al posible uso de armas nucleares en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Esto surge como respuesta a recientes especulaciones sobre la posibilidad de que Estados Unidos despliegue estas armas en territorio ucraniano, con el objetivo de prevenir futuras agresiones por parte de Rusia. «China está siguiendo de cerca los riesgos nucleares derivados de la crisis en Ucrania y ha enfatizado repetidamente que no se deben usar armas nucleares ni librar una guerra nuclear», declaró Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, durante su conferencia de prensa habitual este jueves. Las declaraciones se produjeron tras ser consultada sobre un informe publicado por The New York Times la semana pasada.

En dicho informe, se citaba a funcionarios estadounidenses anónimos que habrían sugerido la posibilidad de reintroducir armas nucleares en Ucrania como parte de un plan para disuadir una tercera invasión rusa tras un eventual alto el fuego negociado. Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, Ucrania heredó el tercer arsenal nuclear más grande del mundo, con aproximadamente 1.900 ojivas estratégicas. Kiev acordó desmantelar estas armas a cambio de garantías de seguridad por parte de Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia. En este contexto, Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, enfatizó: «En las circunstancias actuales, todas las partes deben mantener la calma y actuar con moderación. Es necesario realizar esfuerzos conjuntos para calmar la situación mediante el diálogo y la consulta a fin de reducir los riesgos estratégicos».
China ha intentado posicionarse como un actor neutral en el conflicto de Ucrania, que ya lleva 33 meses. Sin embargo, ha evitado sistemáticamente calificar la invasión rusa de 2022 como tal y ha brindado a Moscú un significativo apoyo económico y diplomático. De hecho, los ejércitos de China y Rusia llevaron a cabo una patrulla aérea conjunta este viernes sobre el Mar de Japón, marcando el noveno ejercicio de este tipo desde que sus líderes, Xi Jinping y Vladimir Putin, establecieron en febrero de 2022 una asociación estratégica «sin límites».
Este acuerdo se concretó durante una visita de Putin a Pekín, poco antes de la invasión rusa a Ucrania. Ahora, el comercio con su vecino del norte y las compras de petróleo y gas rusos se han disparado. Mientras tanto, Pekín ha amplificado las narrativas del Kremlin y ha censurado las críticas contra la guerra a Vladimir Putin en las plataformas de redes sociales chinas. China también ha profundizado la cooperación militar y los lazos diplomáticos con el Kremlin, enmarcando la relación como un contrapeso al dominio global liderado por Estados Unidos. La reciente decisión de la administración Biden de permitir que Ucrania utilice sistemas de misiles tácticos del ejército ATACMS proporcionados por Estados Unidos para atacar objetivos dentro del territorio ruso ha reavivado los temores de una escalada.
Sin embargo, los analistas han argumentado que el riesgo de una respuesta nuclear por parte de Rusia parece exagerado. En el complejo escenario del conflicto entre Rusia y Ucrania, persiste la preocupación por una posible escalada nuclear. Jack Watling, investigador principal del Royal United Services Institute (RUSI), señaló que el debate se ha centrado en si el uso de tales armas provocaría una respuesta nuclear, lo cual, según él, es improbable. Watling también destacó que Rusia ha intensificado el conflicto de diversas maneras, incluyendo el despliegue de miles de tropas aliadas norcoreanas en las líneas del frente rusas. En el ámbito político estadounidense, el presidente electo Donald Trump ha criticado el apoyo militar y financiero ilimitado de la administración Biden a Kiev.

Trump ha afirmado que concluirá rápidamente la guerra mediante negociaciones de alto nivel. Este enfoque ha generado expectativas y preocupaciones tanto en Ucrania como en la comunidad internacional, ya que podría implicar cambios significativos en la estrategia de Estados Unidos hacia el conflicto. Hasta el momento, el presidente electo Donald Trump no ha proporcionado detalles específicos sobre cómo planea llevar a cabo estas negociaciones de alto nivel para resolver el conflicto en Ucrania. Sin embargo, ha designado al teniente general retirado Keith Kellogg como enviado especial para Ucrania y Rusia, encargado de facilitar el fin de la guerra entre ambos países.
Kellogg, quien fue jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional durante el primer mandato de Trump, ha sugerido condicionar el envío de armas a Ucrania para incentivar al presidente Volodímir Zelenski a entablar negociaciones con Rusia. Durante su campaña, Trump afirmó que podría finalizar el conflicto en un corto período mediante negociaciones de alto nivel, pero no ha detallado las estrategias específicas que emplearía para lograrlo. Esta falta de claridad ha generado incertidumbre tanto en Ucrania como entre los aliados europeos de Estados Unidos, quienes están atentos a posibles cambios en la política exterior estadounidense bajo la nueva administración.
En resumen, aunque Trump ha manifestado su intención de resolver rápidamente la guerra en Ucrania, aún no ha ofrecido un plan detallado sobre cómo llevará a cabo estas negociaciones de alto nivel.
