China sigue avanzando en su estrategia de dominar el mercado global de vehículos eléctricos, generando preocupación y escepticismo en el resto del mundo debido a su capacidad para producir automóviles a gran escala y comercializarlos a precios extremadamente competitivos. Esta situación ha desencadenado tensiones comerciales, especialmente con Estados Unidos, que ve en esta industria un desafío estratégico y económico.
Guerra arancelaria entre China y Estados Unidos
La disputa comercial entre ambos gigantes se intensifica, y el presidente Donald Trump ya ha anunciado que planea imponer aranceles de hasta un 60% a los vehículos eléctricos provenientes de China como una de sus primeras medidas de gobierno. Este incremento buscaría frenar las importaciones y proteger la industria automotriz estadounidense, que enfrenta una competencia feroz por parte de las marcas chinas.
China mantiene su expansión en Europa
A pesar de estas medidas, China no se desvía de su hoja de ruta. El gigante asiático continúa exportando vehículos eléctricos a todo el mundo, con Europa como su principal destino. Recientemente, se confirmó el envío de un nuevo cargamento de coches eléctricos al continente europeo, marcando un paso más en su expansión internacional.
Entre las empresas líderes del sector destaca BYD (Build Your Dreams), que ha anunciado el envío de un tercer buque cargado de automóviles eléctricos, el ‘BYD Changzhou’. Este coloso marítimo, diseñado para transportar hasta 5.000 vehículos gracias a su tecnología ro-ro (roll-on/roll-off), zarpará desde los puertos chinos de Lianyungang y Taicang hacia Europa. BYD ya había realizado rutas similares con los buques ‘BYD Explorer No.1’ y ‘BYD Hefei’ y planea contar con una flota de ocho barcos especializados en los próximos dos años.

Europa como principal mercado de exportación
Europa se ha consolidado como el mayor comprador de vehículos eléctricos chinos. En 2023, las importaciones alcanzaron los 34.100 millones de dólares, un aumento del 70% respecto al año anterior, representando el 9,3% de los automóviles eléctricos vendidos en Europa durante el último trimestre de ese año. Este crecimiento subraya la importancia del mercado europeo para las empresas chinas, que ven en él una oportunidad estratégica para expandirse aún más.
Joseph Webster, investigador principal del Centro de Energía Global del Atlantic Council, destaca la sinergia entre los fabricantes de automóviles eléctricos y los astilleros chinos, que juntos representan el 49% de la cuota de mercado mundial de construcción naval civil. Esta colaboración permite a China aumentar la eficiencia en la exportación de vehículos y consolidar su posición como líder global.
Respuesta de Europa: Aranceles y medidas protectoras
Consciente de la creciente competencia china, la Unión Europea ha tomado medidas para proteger su industria automotriz. Desde noviembre, Bruselas impuso aranceles de hasta un 35,3% a la importación de vehículos eléctricos chinos, afectando a empresas como SAIC (MG y Maxus) y Geely. Estas medidas buscan contrarrestar las ventajas que las compañías chinas obtienen gracias a las subvenciones del gobierno de Pekín.
No obstante, los aranceles también afectan a empresas occidentales que producen en China, como Tesla. Los vehículos de la compañía de Elon Musk están sujetos a un impuesto del 7,8%. A pesar de esto, la Unión Europea ha indicado que pretende negociar directamente con las empresas para establecer precios mínimos de exportación, evitando intermediarios chinos.

Perspectivas a futuro
Mientras China continúa fortaleciendo su dominio en el mercado de vehículos eléctricos, las tensiones comerciales seguirán marcando el panorama global. La respuesta de Europa y Estados Unidos será clave para determinar si logran proteger a sus industrias locales frente al avance del gigante asiático, que sigue consolidándose como una potencia indiscutible en la transición hacia la movilidad eléctrica.

