La mitología antigua está repleta de alegorías, metáforas y simbolismos que hoy en día nos cuesta comprender cabalmente. Entre los mitos y las leyendas de las civilizaciones antiguas, encontramos descripciones de criaturas asombrosas, algunas con atributos divinos y otras con formas que desafían la lógica humana.
En la mitología griega, por ejemplo, encontramos a Cerbero, el feroz perro de tres cabezas que custodiaba la entrada al inframundo, una criatura que, más allá de su apariencia fantástica, simbolizaba la imposibilidad de escapar del reino de los muertos. En la mitología egipcia, los dioses a menudo combinaban características humanas con animales, representando fuerzas cósmicas y principios universales.
Los Apkallu o Abgal
Pero en la antigua Mesopotamia, mucho antes de la Grecia clásica o el Egipto de los faraones, existía la creencia en los Apkallu, seres enigmáticos que, según los relatos, fueron enviados por el dios Enki para transmitir conocimientos a la humanidad. Descritos como híbridos entre pez y humano, estos sabios no solo eran maestros de la civilización, sino también guardianes de un conocimiento que, en algunos relatos, se volvió prohibido y peligroso.
¿Quiénes eran realmente los Apkallu? ¿Fueron simplemente un símbolo del conocimiento divino, o podrían haber sido algo más? ¿Es posible que estos relatos oculten verdades más profundas sobre los orígenes de la civilización?

Narración: Los Apkallu, Guardianes del Conocimiento Perdido
Desde los albores de la civilización, las antiguas culturas han hablado de seres que descendieron del cielo o emergieron de las profundidades para traer el conocimiento a la humanidad. Los Apkallu, conocidos en sumerio como Abgal, fueron figuras semi-divinas de la mitología mesopotámica. Eran sabios enviados por los dioses, particularmente por Enki, el dios de la sabiduría, el agua y la creación. Según las leyendas mesopotámicas, los Apkallu no vivían permanentemente en la tierra. En lugar de eso, tenían un ciclo diario, emergían del mar cada mañana para enseñar a los humanos. Regresaban al océano al atardecer, ocultándose de nuevo en las profundidades.
Su misión: transmitir el conocimiento sagrado y proteger el equilibrio divino en la Tierra. Pero con el tiempo, su historia se tornó más enigmática. Lo que comenzó como una tarea de iluminación y enseñanza, poco a poco se convirtió en un papel más ambiguo, donde los Apkallu también fueron vistos como guardianes, intermediarios entre lo divino y lo humano… e incluso como entidades peligrosas en ciertas tradiciones.
Los Guardianes del Conocimiento Divino
Los Apkallu fueron creados por Enki para civilizar a la humanidad, enseñándoles los secretos del mundo y dándoles herramientas para forjar el destino de sus pueblos. Se les atribuye la transmisión de conocimientos fundamentales, entre ellos:
- Agricultura y la domesticación de animales, permitiendo el sustento de las primeras ciudades.
- Construcción y arquitectura, revelando los principios para edificar templos y palacios.
- Escritura y astronomía, claves para el desarrollo del conocimiento y la organización de los calendarios.
- Medicina y exorcismo, protegiendo a los humanos de enfermedades y fuerzas malignas.
- Rituales religiosos y magia, asegurando la correcta comunicación con los dioses.
Estos sabios fueron cruciales en la evolución de la civilización mesopotámica. Pero con el paso del tiempo, su historia tomó un giro inesperado. En los textos tardíos, los Apkallu fueron vistos como precursores de los sacerdotes eruditos, los Ummanu, quienes continuaron su labor en la Tierra.
Sin embargo, en algunos relatos, ciertos Apkallu fueron señalados como transgresores. ¿Acaso su conocimiento fue demasiado para la humanidad? ¿Cruzaron un límite prohibido?
Así comienza la dualidad del mito: ¿Fueron los Apkallu los verdaderos benefactores de la humanidad… o seres que desafiarían a los propios dioses
Características Físicas y Representación
A menudo, los Apkallu son representados como seres híbridos, con cuerpo humano pero con rasgos de pez, en relación con Enki y el Abzu, o con características de aves, símbolos de visión profética y comunicación con los dioses.
En las representaciones asirias y babilónicas, aparecen como figuras aladas, vistiendo túnicas sacerdotales y sosteniendo objetos rituales, como conos o cubetas. Entre ellos, destacan los llamados «Apkallu alados con cabeza de águila», figuras mitológicas que aparecen en numerosos relieves de los palacios asirios, incluyendo los de Asurbanipal, Senaquerib y Sargón II.
En una de sus representaciones más conocidas, uno de estos Apkallu sostiene en su mano derecha lo que parece ser un cono de pino, mientras que en la izquierda carga una cubeta o bolso ritual, popularmente conocida como la «carterita de los dioses». Se cree que el cono simboliza purificación y fertilidad, y que con él rociaban un líquido sagrado—posiblemente agua o aceite—sobre el Árbol de la Vida, que se ve en la parte izquierda del relieve.
El cono parece estar en un acto ritual, como si estuvieran rociando o activando algo. Esta imagen ha llevado a algunos investigadores a asociarlo con la glándula pineal, debido a su parecido con una piña.

El Cono de Pino y su Relación con la Sabiduría Espiritual
En muchas tradiciones espirituales, la glándula pineal ha sido relacionada con la consciencia, la iluminación y la percepción extrasensorial. Curiosamente, el símbolo de la piña como representación del conocimiento y la conexión con lo divino se repite en diferentes culturas:
- Egipto: El bastón de Osiris tiene una parte que recuerda a un cono de pino.
- Grecia: El báculo de Dionisio (thyrsus) está coronado con una piña, asociada a estados alterados de conciencia y lo divino.
- Roma: En el Vaticano existe una gran escultura de una piña en la Plaza de la Piña, lo que ha generado teorías sobre la continuidad de este simbolismo.
- Hindúes y Budistas: En el yoga y la meditación, la glándula pineal se asocia con el chakra del tercer ojo, símbolo de sabiduría y percepción más allá de lo físico.
En los relieves de los templos mesopotámicos, los Apkallu son representados como guardianes protectores, generalmente colocados en las entradas, actuando como defensores contra el mal y la ignorancia.

El árbol de la vida
En esta imagen se los ve operando o manipulando algo en el árbol de la vida, algo que no se sabe claramente que era. Desde la perspectiva académica, el Árbol de la Vida en Mesopotamia es considerado un símbolo religioso y cosmológico que representa conceptos de orden, fertilidad, realeza y conexión con lo divino. Por otro lado Teorías alternativas han sugerido que este árbol sagrado podría haber sido un artefacto de «energía sagrada» Algunos investigadores han sugerido que el árbol representaría un dispositivo tecnológico antiguo. El patrón geométrico del árbol parece un diseño estructurado, más que una simple planta. Se ha comparado con circuitos eléctricos o sistemas de transmisión de energía. Otro han dicho que es un «árbol» simbólico para manipular la conciencia o la biología. Los Apkallu que están «activando» el árbol parecen estar en un ritual de activación o manipulación. En algunas teorías esotéricas, el Árbol de la Vida se asocia con el ADN humano y la transformación genética. Algunos lo han comparado con el Árbol de la Vida de la Cábala judía, que es más una representación de la estructura de la realidad y el conocimiento oculto. Por otra parte otros han teroizado de su Relación con la Glándula Pineal y el Tercer Ojo. Algunos creen que el Árbol de la Vida podría representar la activación de la conciencia humana.
Apkallu Antes y Después del Diluvio
En las antiguas listas reales mesopotámicas, los Apkallu aparecen divididos en dos eras: los antediluvianos, seres primordiales de gran sabiduría, y los post-diluvianos, humanos que heredaron su conocimiento.
A) Los Apkallu Antediluvianos (Antes del Diluvio)
Según los relatos, antes del Gran Diluvio, existían siete Apkallu creados por Enki, el dios de la sabiduría y el Abzu. Su misión era guiar a la humanidad y civilizarla, de la misma manera que en otras culturas se habla de héroes civilizadores, como los dioses creadores en Mesoamérica o los sabios védicos en la India.
Se dice que estos Apkallu ayudaron a construir grandes ciudades y templos, transmitiendo conocimientos esenciales para el desarrollo de la civilización. Algunos textos incluso sugieren que vivieron en el Abzu, la morada de Enki en las profundidades del mundo.
Los siete Apkallu más conocidos fueron:
- Uanna (Oannes) – Maestro de la sabiduría.
- Uannedugga – Transmisor del conocimiento divino.
- Enmedugga – Especialista en construcción y templos.
- Enmegalamma – Conocedor de la arquitectura sagrada.
- Enmebulugga – Asociado con la agricultura.
- Anenlilda – Relacionado con la medicina y la magia.
- Utuabzu – Guardián de los secretos del Abzu.
Estos sabios son mencionados en textos babilónicos y en el mito de Adapa, el cual relata la historia de un sabio que poseía gran conocimiento pero que perdió la oportunidad de alcanzar la inmortalidad.
B) Los Apkallu Post-Diluvianos (Después del Diluvio)
Después del Gran Diluvio, los Apkallu dejaron de ser seres semidivinos y pasaron a ser sabios humanos que heredaron su conocimiento. Estos sabios fueron conocidos como Ummanu, escribas y sacerdotes eruditos, encargados de preservar y transmitir la sabiduría en la Tierra.
Su papel fue crucial dentro de los templos y la corte real, asegurando que el legado de los Apkallu no se perdiera con el tiempo. A través de ellos, la civilización mesopotámica mantuvo sus tradiciones, su conocimiento arquitectónico, sus rituales religiosos y su profunda conexión con los dioses.
7 sabios en diversas culturas alrededor del mundo antiguo
La presencia de siete sabios en distintas culturas sugiere que esta idea podría remontarse a una civilización madre, o al menos a un mito compartido en la antigüedad.
